lunes, 10 de noviembre de 2008

Algo más que un género

Hablar de géneros fotográficos, es complicado ya que este tema es enfocado desde varios puntos de vista. Además están relacionados con la visión del autor, con el espacio y el tiempo en sí mismos.
Una utilización más sencilla del término “género” se maneja para designar las distintas ubicaciones de la fotografías. Existe otra manera de percibir los géneros fotográficos, a mi parecer, se debe a la exigencia de cada a uno a establecer sus propias categorías, y estas son las que se forman según nuestra conveniencia, gustos o preferencias. Es indudable que el documentalismo fotográfico es una clase con cierta necesidad social ya que permite conocer y preservar en la historia las imágenes de situaciones sociales extremas.
Confiere cierta conmoción y despierta las miradas de todos. Es decir que como género, el documentalismo, ha sido uno de los más productivos de la historia de la fotografía y por su naturaleza, es el de mayor impacto social y cultural.
Las sensaciones y sentimientos que despierta y lo que provoca la fotografía documental en la conciencia de las personas, condicionando de algún modo conductas y hasta nutriendo ideologías, no esta por debajo de lo que podría lograr cualquier otro género o creación artística.
Es considerado el género por excelencia para ser ejercitado por el medio fotográfico, por todas las cualidades que presenta. Una de ellas, muy importante es que le permite al fotógrafo registrar imágenes con tiempos tan breves como para memorizar una situación determinada en un entorno incesablemente variable en el tiempo. Y es esto, sumado al tema que se representa, lo que despierta el interés social de los ciudadanos.
En un mundo colmado de situaciones que desbordan a cualquier ser humano, es necesario un instrumento más para conocer y forjar una conciencia social que no es otra cosa que despertar la solidaridad y un gran paso hacia el cambio.

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